lunes, marzo 12, 2007

El estudio de SM y el síndrome del elevalunas

En Aulablog21 se hace eco de la presentación del estudio "incluido en el número 5 de los Cuadernos de la Fundación SM, con el nombre “Las emociones y los valores del profesorado”. "Su autor es Álvaro Marchesi".

Entresaco del post algunas de las conclusiones:

"Crece el clima de satisfacción entre los profesionales de la enseñanza básica en España, aunque, según su opinión, el nivel del alumnado cae en picado, en parte debido a la Logse, de acuerdo a los resultados del informe «Las emociones y valores del profesorado», presentado ayer por la fundación de la editorial SM, especializada en libros de texto.

Choca que crezca la satisfacción con conclusión tan lacerante, para empezar. Al final veremos porqué.

"destacó la principal queja del cuerpo docente de los centros públicos y concertados españoles: la «sensación de pérdida de autoridad» con respecto a sus alumnos. «No sólo perciben que imponen menos que antes, sino que lamentan la actitud permisiva de la sociedad hacia los menores, a los que se da todo lo que piden, no se les ponen límites, no se les exige nada..."

La relación entre padres e hijos ha cambiado, se acabó eso de "sí, padre..." y no darle la espalda cuando habla. Lo mismo que el "usted doña..." paso a ser "Oye profe... y a mí que me dices...". Cada institución tiene su responsabilidad. Aun los tiempo no le sean favorables, la enseñanza no tenía porque haber renunciado a unas ciertas formas de respeto. Hay un problema irresuelto, respeto y proximidad son términos simétricos entre sí, no entre otros como colegeo e informalidad.

"la enseñanza es eso, exigencia, dedicación, disciplina"

Treinta horas de clase más dos estudio es una dedicación nada despreciable para tener entre 11 y 17 años. Además, hay que sumar la extraescolar de natación, violín o pintura que también tiene su importancia educativa. Si de algo se lamentan este tipo de informes es que la exigencia se ha generalizado evitando tempranas vías hacia lo prelaboral.

«falta de apoyo por parte de las familias», que «no se preocupan por la evolución de la educación de sus hijos, su esfuerzo o su expediente»

¿En qué se está pensando cuando se afirma esto? Me deja perplejo, es para juzgado de menores.

"la mayor parte de los consultados «volvería» al modelo educativo anterior si se lo propusieran"

Esto estremece. ¿A quiénes consultarían?

«Más de la mitad volvería a la estructura organizativa de los años 70 y 80, es decir, a la Ley General de Educación» (EGB, BUP y COU), señaló. Es más, tres cuartas partes de los profesores consultados consideran que el sistema «ha ido marcha atrás» con la Logse, ley impulsada por el Gobierno de Felipe González que amplió la enseñanza obligatoria de los 14 a los 16 años.

Cualquier tiempo pasado fue mejor... ¡Qué horror...!!

«Los maestros añoran unos tiempos más homogéneos, un estilo y unas condiciones de enseñanza más tranquilas», concretó el catedrático, mientras que los profesores de Secundaria, «prefieren la estructura anterior, más selectiva, que permitía a los alumnos diferentes opciones a los 14 años y dirigir su futuro profesional».

Esto podría parecer una crítica al conservadurismo del profesorado, pero no capto el tono.

En cuanto a la ya mencionada satisfacción profesional de los educadores consultados, el 56% asegura estar «contento» con sus condiciones laborales. De hecho, el 78 por ciento indica que «no dejaría su profesión como profesor aunque encontraran un trabajo similar».

Parece que es el único aspecto que el profesorado percibe como positivo, creo que veladamente alude a la relación trabajo/salario.
En la década de los ochenta y noventa se produjo una generosa mejora salarial sin cambiar las condiciones laborales; salvando la distancia entre redes, autonomías y etapas, aquí son 30 en primaria y 23 en secundaria de obligada permanencia en el centro. Siempre he pensado que no somos trabajadores que cobramos por horas trabajadas, sino profesionales con una importante responsabilidad social, tareas complejas que requieren periódica actualización, de ahí el régimen diferenciado del resto de la función pública y mundo laboral. Aunque no es ningún secreto que hay quienes pregonan un laboralismo (ajuste de la dedicación estricta al horario de obligado cumplimiento) que se nos vuelve en contra, porque el sistema pide más de nosotros.

Pese a esta «satisfacción», los docentes aseguran sentirse «poco valorados» por la sociedad, por las administraciones y por las familias de los alumnos. De esta forma, sólo el 6 por cien cree estar «valorado socialmente», y apenas un 9 por ciento considera que las administraciones les tratan como deberían. De hecho, pocos «confían» en las instituciones...

La administración tiene que involucrarse para garantizar que los recursos y los procesos llevan las reformas hasta el último pupitre, tiene legitimidad para ello. El prestigio se gana, es cosa de realizar una política adecuada y poner los medios que nos conduzcan en la dirección correcta. No es cosa de trabajar menos sino más a gusto y de forma más eficaz. Mírese en Francia, país que gestiona al educación de manera muy diferente.

Si esto es todo lo que el informe reseña, no aporta nada en la dirección de mejorar ninguna deficiencia. Esa nostalgia que idealiza el pasado me recuerda al síndrome del elevalunas. ¿Saben qué es? La actitud refractaria o conservadora ante los cambios es algo bastante natural, dice Enrique Dams. La próxima vez que sufra por ello, póngase media hora de cara a la pared, y hagan girar una imaginaria manivela. Verá cómo, tras hacerlo, se encuentran mucho mejor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿El nivel del alumnado cae en picado?
Qué extraño. Según los resultados de la Evaluación Diagnóstica de Primaria 2006 de Castilla y León nueve de cada diez alumnos superan los mínimos de calidad al acabar esa etapa.
Lo cuentan en http://educarc.blogcindario.com/
Algo no cuadra.

Daniel Sánchez dijo...

Algo me huele mal también. Los resultados escolares de Castilla y León son casi idílicos: tate, tate.
El señor Marchesi ya debería jubilarse, desde hace años no da un palo en sus expectativas sobre la educación.
Parece que existen algunos duendes que desean dar una impresión que luego no es lo que vivimos en la escuela.
En fin, seguimos navegando.
Salud

Miguel L. Vidal dijo...

De algún modo, la forma en que se hace un estudio condiciona los resultados, habría que ver todos los datos y como se obtuvieron.
La misma exposición acrítica de las conclusiones indica que se está viendo el sistema educativo bajo otra perspectiva y otras premisas.
Sobre Marchesi no tengo opinión clara, me limito al informe que imagino será del agrado de quien lo paga.