martes, abril 08, 2008

El poder de la fascinación

Este post, que no iba destinado a este blog, se lo debo a un Moisés que se llamaba Charlton Heston, por la ilusión que me hizo sentir en la niñez.

Quizá fue el primer actor que conocí que no fuera titiritero, no directamente en el cine sino en un colección de cromos que fui completando en un álbum hasta el límite de mis posibilidades, porque no lo tenía fácil conseguirlos. Me fascinó el glamour y exotismo de aquellas imágenes del antiguo Egipto que me despertaron el interés por la geografía y la historia. Y he aquí una WEB dedicada a aquella colección.

Y que me cuenten esa milonga "pedagocrática" de empezar conocer el mundo por el entono cercano, decididamente sólo a un tipo triste se le pudo ocurrir esa teoría que desprecia el poder de la fascinación.

Todavía no he conseguido ver la película.


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