miércoles, marzo 11, 2009

Éxito escolar y apoyos externos.

Dentro de los estudios sobre el sistema educativo hay aspectos a los que no se les ha prestado atención. En la evaluación, más allá de pruebas como Pisa, hay un desierto donde es difícil encontrar algún oasis, sobre todo a la referente a los propios centros. A este respecto me viene a la memoria el plan de calidad de Andalucía y como la afrontan otros sistemas, recuérdese lo que nos contaba José María en Palo TIC sobre el funcionamiento de la Lymm High School.

Uno de los mayores problemas para obtener indicadores es la endogamia, vestida con diferentes ropajes, bien sea de "libertad de cátedra" o de concepciones descalificadores hacia lo que se considera "intromisiones" externas. Sin embargo, cuando se habla de fracaso hay consenso profesional y social: no se puede abordar si la familia no colabora. Totalmente de acuerdo pero dando la vuelta al razonamiento, tendríamos que valorar el papel de la misma en el éxito.

De esta consideración partió una iniciativa para recabar algunos datos sobre la incidencia de los apoyos externos en el éxito escolar, los que provee la familia de forma directa o contratada. Para ello elaboré un pequeña encuesta de seis preguntas muy simples, un cuestionario en Google Docs que envié a dos colectivos distintos, uno mi lista de correo de profesores que dependen de mi centro trabajo (Berritzegune B03) y al foro del grupo de bloggers, Aprendices. La encuesta consistía en recoger algunos datos de cualquiera que esté cursando o haya obtenido el título de la ESO junto con o sin bachillerato (LOGSE).

Los resultados, no son muy amplios, pero si indican una tendencia clara y fácil corroborar:

- En la ESO se obtuvieron 57 respuestas. De estos 24 titulados de ESO, el 42%, tienen o necesitaron apoyo extraescolar en una o varias asignaturas: 9 con apoyo familiar directo y 14 contratado. Otros 33, el 58 %, no necesitan o no necesitaron apoyo.

- En el bachillerato el balance es distinto, sólo respondieron 19 la encuesta. De estos, 12, el 63% reciben o recibieron apoyo (familiar 2 y contratada 10); frente a 7, el 37%, que no tienen o no hicieron uso de ayudas de forma sistemática.

El perfil social de los encuestados corresponde, salvo excepción, a hijos de profesionales y en el caso de la ESO la mitad de las encuestas las contestó el tutor de un grupo de 4º de un centro privado.

Conclusiones:

- El apoyo extraescolar juega un importante papel en el éxito escolar, imprescindible para que el sistema se sostenga y hablemos de tasa de abandono y no de permanencia. Posiblemente esté en la base del fracaso la carencia de recursos o de sensibilidad para acceder a apoyos.

- Si se facilita la salida del sistema comprensivo a otro similar a la antigua formación profesional, desviaría prematuramente al alumnado con menos recursos.

- Hoy que aparece la noticia de que la justicia, a instancias de la FERE, no permite dividir en tres los dos cursos de bachillerato para paliar las consecuencias del alto índice de suspensos. Cabe preguntarse que parte de responsabilidad corresponde al diseño y cual a la puesta práctica.

Por último, si después de 6 horas de clase necesita prolongar la jornada, no se puede decir que no se exija esfuerzo al alumnado, otra cosa es que se haga de la forma adecuada. Haberlo haylo, más allá de lo que se imagina.

Y puestos a ironizar, cabría proponer certificar la eficacia de las academias implicadas, siempre sería una garantía en la elección.

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3 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

¡Ay la "justicia" incluso de los "deberes" según el apoyo con que se cuente!

Pilar Etxebarria dijo...

De acuerdo, si no es por los apoyos extraescolares, muchos alumnos no prosperarían en sus estudios, pero detrás de ello hay también un modelo educativo concreto: el meramente trasmisivo que todavía se basa en el "yo explico, luego ellos aprenden" y no es así. El primer apoyo sería trabajar de forma cooperativa y no de uno e uno. Lo segundo, implicar más al alumno en su aprendizaje. Lo tercero facilitar que las ayudas se hagan en los propios centros con grupos de apoyo entre compañeros, profesorado que refuerze fuera de horario, tutorías para repasar o reforzar, apoyo en la Red, etc. Y la familia, como no, es un recurso vital, pero sobre todo para impulsar los valores educativos, no para dar "clases particulares". Modelos haylos.
Por cierto, ya me hecho "seguidora", que no me había dado cuenta. Hey!

Miguel L. Vidal dijo...

No puedo estar más de acuerdo, Pilar.